Recién salido de los tórculos, este homenaje contextual a Perico Fernández dice mucho de quienes lo han recordado. Hay memorias de esta ciudad echadas al olvido porque son efímeras y la escasa inteligencia las ha ignorado, precisamente por eso, porque fueron efímeras, sin alcanzar a comprender la verdadera trascendencia de la "intensión". Juan Luis Saldaña y Octavio Gómez Milián han desdicho el olvido, han recuperado el mito que, en el fondo, es lo único que hace soportable el drama (el propio y el ajeno), y el de Perico es un drama de verdad, de los que transcurren a nuestro lado: un drama de fondo, todavía vivo, todavía presente, actual, contemporáneo, visible, cercano, de este mundo. (sigue)
No hay comentarios:
Publicar un comentario